FANFIC BYAKUHISA
EL COMIENZO DE UNOS RECUERDOS ETERNOS
En la lejanía de la Sociedad de Almas se podía ver a un chico joven en medio de un entrenamiento duro, tal vez perteneciese a un clan noble, había varias cosas a lo amplio de aquel recinto y vigililadas todas una por una con al menos, cuatro guardias patrullando día y noche. Por lo que solamente se permitiría el acceso a los privilegiados, mientras tanto estaban vigilando al chico desde una pequeña casa en la que había dos hombres…
-Mi hijo será el siguiente noble que irá a la Sociedad de Almas-dijo su padre.
-Os encargáis siempre de que haya alguien en la Sociedad de Almas, ¿verdad? -dijo su consejero.
-No, no es sólo por eso, desde el día que cumplió siete años, me dijo el hombre que quería llegar a ser, y como el padre que soy estoy orgulloso de que haya tomado esa gran decisión -dijo su padre.
-Eso es verdad, Byakuya-sama siempre ha sabido que ser, y las responsabilidades que tenía además es un buen chico y cada día se vuelve más fuerte entrenando, pero tal vez al estar en la Sociedad de Almas él no pueda…-dijo su consejero, pero fue interrumpido.
-¿Estar aquí? -dijo su padre.
-Si…-dijo su consejero.
-Te equivocas, mi hijo también tiene responsabilidades que atender del Clan Kuchiki, que tal vez serán más importantes que las de la Sociedad de Almas, por lo que deberá de hacerse cargo de nuestras situaciones. -dijo su padre.
-Ya veo…-dijo su consejero.
De repente el padre vio a su hijo como se entrenaba y se esforzaba.
-Él… esta preparado para cualquier cosa, le he enseñado lo más esencial, hasta mis propias técnicas y habilidades y mañana… ingresará en la Sociedad de Almas para desarrollar mucho más sus conocimientos, poderes y fuerza…-dijo su padre.
-Kuchiki-sama… seguro que le irá bien. -dijo su consejero.
Y en aquel instante este se levantó y fue a por su hijo
-Byakuya, es hora de que lo dejes, no querrás ir exhausto mañana a la Sociedad de Almas, ¿eh? -dijo su padre cojiéndole del hombro.
-Tienes razón padre, he de descansar. -dijo Byakuya.
-Esta noche celebráremos tu ingreso. -dijo su padre.
-Gracias, padre… -dijo Byakuya.
-Hijo otra cosa, ándate con pies de plomo allí, habrán personas honradas y no, pero ten mucho cuidado.-dijo su padre.
-De acuerdo padre, estaré atento a todo lo que ocurra -dijo Byakuya.
-¡Ah! Y otra cosa, si tienes problemas házmelos saber, ó díselos a Shinoken, ese hombre te ayudará ya que es de nuestro clan aunque también te tendrá informado de lo que ocurra.-dijo su padre.
Después de aquella charla y la celebración que tuvo Byakuya, este se fue a dormir sin pensarlo dos veces ya que cuanto antes fuera a la Sociedad de Almas antes entraría. Al amanecer este se vistió y se fue a la Sociedad de Almas, vio que era el primero y antes de nada enseñó al vigilante de la puerta el permiso de ingreso para pasar, entró y… Miró a todas las personas que habían allí y eran nada más y nada menos que 30 personas esperando al igual que él.
Pensó que tardarían en ordenarles a todos aquellos en las distintas aulas, distintos grupos, por lo que tendría que esperar una eternidad, pero en ese momento lo más impactante que vio fue a una chica sentada plácidamente sobre un árbol con los ojos cerrados, no sabía como podría estar tan tranquila pero lo estaba, transmitía una paz verla así… hasta que esta los abrió y se dio cuenta de que había echado una pequeña cabezada allí…
-¿Cómo he?, ¿Cómo ha?... lógico que me durmiera, no he pegado ojo… -dijo ella resignándose.
De repente miró a Byakuya el cual dejó de mirarla, y fue hacía él.
-Esto… si no te importa… ¿me puedes decir a que grupo vas? –dijo ella.
-Si claro. Mmm creo que al A. -dijo Byakuya.
-¡Vaya que coincidencia! Yo también voy al A, un momento ya se me olvidaba por completo decirte mi nombre, que cabeza, me llamo Hisana ¿y tu? -dijo Hisana.
-Yo soy Byakuya, y no es por indiscreción pero… ¿por qué me has preguntado lo del grupo a mí? –dijo Byakuya.
-Es que… verás se lo he preguntado a todos los que han venido aquí y… no me han querido responder…-dijo ella con ojos dispersos.
-No importa, no pasa nada no me molesta para nada que me lo preguntases. -dijo Byakuya.
-¡Gracias! -dijo Hisana aliviada.
En aquel preciso momento apareció un shinigami que les habló a todos los aspirantes.
-¡Escuchad! Todos los que tengan el Grupo A seguidme, los demás esperad a otro shinigami, ¡y haced menos ruido! -dijo el shinigami.
Ambos, más los demás pertenecientes al grupo le siguieron y todos se adentraron en el aula del profesor el cual les dijo las normas que se debían de cumplir, las que no, los horarios, las horas de entrada… etc. Y después de todo aquello separaron a los chicos de las chicas y les mostraron las habitaciones.
Al pasar un mes se fueron conociendo mucho más de lo que pensaban, hasta que un profesor les hizo una pequeña prueba.
-Chicos os hemos traído aquí tanto al grupo A, B y C para que sepáis combatir dos contra dos seréis parejas mixtas y deberéis protegeros mutuamente, no me vale nada de que no elijáis chica por que creáis que son débiles, así que... ya sabéis preparaos cuanto antes porque esto va a comenzar ya mismo, el objetivo de esta prueba es… llegar hasta lo más alto de aquella colina pero estará muy bien vigilada por los demás y si llegáis todo habrá acabado ¿entendido?
Byakuya e Hisana se pusieron juntos y lo decidieron al mismo tiempo, corrieron hasta la colina y entonces fueron asaltados por dos más. Hisana protegió las espaldas de Byakya y este las espaldas de Hisana.
-Ya os tenemos en el punto de…-dijo un chico de cabello largo blanco.
-No seas tan duro Ukitake, no te realza nada bien el aspecto…-dijo la chica que le acompañaba.
Hisana y Byakuya durante esa distracción les despistaron a los dos con dos grandes golpes que hicieron a ambos tirar las katanas, subían la colina poco a poco y se cruzaron con otros dos más.
-¡Je! Ya sois míos, a Ukitake es fácil de esquivar pero a mi no… aunque… si quieres podemos hablar encanto -dijo un muchacho sin escrúpulos a Hisana.
-Esto yo no…-dijo Hisana.
En ese momento una chica le dio una patada a aquel chico en plena cara tirándole hacia abajo de la colina.
-¡Profesor! No respondo como me vuelva a tocar Shunsui no se lo permito… -dijo esta gritando.
Al final llegaron los dos airosos arriba de la montaña pero se le aparecieron otros dos adversarios…
-Vaya… espero que me sirváis de algo… ¡intentad no aburrirme! –dijo un chico con el pelo de punta.
-¡Eso, eso! -dijo una niña pequeña que colgaba de él.
Byakuya realizaba golpes certeros mientras que Hisana realizaba kidos a ambos, al ver que no servían de mucho también decidió atacar, pero todo se paró cuando fueron los tres capitanes a la colina.
-Esto ya no vale, Kempachi ¿por que subiste arriba? ¡Dije que abajo! -dijo el profesor.
-Ya pero si esperaba… encontraría a los más fuertes…-dijo él.
-Ya…. Bueno de momento la mejor pareja sois vosotros no se que les habrán pasado a los demás…-dijo el profesor.
-Pues lo obvio, sino míralo. -dijo otro profesor.
Cuando terminó todo aquello el profesor le dijo a Byakuya que se presentara ante alguien el cual le estaba solicitando para verle después de aquella clase, así que el profesor le dejo marchar para que lo viera cuanto antes mejor. Hisana se quedó desconcertada pero no hizo nada.
Fue y habló con Shinoken el cual le preguntó a este si este estaba bien allí y le comentó cosas de su padre. Al salir de allí se dio cuenta de que tenían tiempo libre y fue de camino a la clase pero se paró al oír algo…
-No se como pueden permitir esto… alguien como ellos nunca podrán ser nada…-decía la gente.
-¡Eh, Hisana! Mira bien por donde pisas…-dijo el chico.
-¿Cómo? Yo no te pisado ni…-dijo Hisana pero no pudo terminar la frase.
-¡¿Te atreves a llamarme mentiroso a mi?! -dijo el chico.
-¡No te he hecho nada, déjame en paz! –dijo Hisana queriendo irse de allí pero él la paró.
-¡No te vas a ir a ningún lado! Aunque es gracioso como una apestosa rata callejera quiere llegar a ser algo ¿eh?-dijo el chico en tono burlón.
-¡Te vas a enterar lo que es bueno por no pedir perdón!-dijo el chico levantando el puño.
Y entonces Byakuya le paro.
-¿Qué crees que estas haciendo? -dijo Byakuya empujando el puño de este hacia atrás.
-¡Fuera de mi camino!-dijo el chico, pero Byakuya le dio un puñetazo en el estómago y de este callo a plomo al suelo.
-Ese chico esta loco… me pregunto que habrá echo la chica…-decía la gente.
-Ella no hizo nada, sólo cojió los libros de clase… -decía la gente.
-Siempre hay gente problemática…-decía la gente.
Mientras tanto el rostro de Hisana oscureció tras su pelo negro…
-¿Estas bien? -dijo Byakuya.
-Si… no es nada -dijo Hisana.
-Oye espera te han…-dijo Byakuya pero no pudo terminar la frase.
-No es nada… tengo prisa he de irme…-dijo Hisana
Este la dejó pero se dio cuenta que en la siguiente clase ella no apareció, por lo que fue a buscarla y la encontró entre unos árboles que desprendían pétalos de sakura, este se fue acercando a ella poco a poco…
-Vete Byakuya, Por favor -dijo Hisana mientras le caían las lágrimas en las manos.
-Estoy preocupado ¿que quieres que lo niegue? -dijo Byakuya.
-Ya pero… la gente es igual siempre te desprecian por ser lo que eres ó por ser de donde vienes, los pobres tal vez no tendríamos que estar aquí… -dijo Hisana
-¿Eres pobre?...-dijo Byakuya.
-Si, aunque me metí aquí para que mi hermana tuviera una vida mejor no se si habré echo bien…-dijo Hisana
-Ya veo…-dijo Byakuya.
-Y… Enhorabuena vas a ser teniente de la división 6 aunque… seguramente serás dentro de muy poco serás el capitán -dijo Hisana.
-¿Ah si? ¿Cómo lo sabes? -dijo Byakuya.
-Lo dijo el profesor, esto… Byakuya puedo pedirte… ¿una promesa? –dijo ella con voz ronca al estar llorando.
-Si, pero depende de lo que…-dijo Byakuya.
-Cuando seas capitán, yo… quiero ser tu teniente, y te prometo que me esforzaré al máximo, pero… por lo menos me gustaría ser capaz de servir para algo, cumplir misiones, órdenes… me gustaría serlo y se que puedo…-dijo Hisana.
-Seguro que serás capaz de serlo, además así todos verán lo que verdaderamente eres y vales, además no tengo ninguna duda de que lo conseguirás. –dijo Byakuya secándole las lágrimas del rostro a Hisana.
-Byakuya-kun… yo… yo… -dijo Hisana.
Hasta que los dos se acercaron cruzaron sus miradas y sus labios se encontraron. Pero esto sólo fue el comienzo de los felices días que ambos tendrían, y la promesa de Hisana fue cumplida, junto con la boda que los uniría a los dos por siempre a través de recuerdos felices que nunca cambiarían de significado.