Esta historia narra el pasado el presente y el futuro de Lisa Yadoumaru y lo que acontece en su vida. Lo tuve que cortar porque hubo un problema que no me dejaba ponerlo entero, pero arriba pone las partes que son. Leedlo seguro que os gustará!
LA MÁSCARA DEL OLVIDO PARTE 1
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-¡Oni-san! –gritó una niña desde una habitación llena de flamantes llamas por todas partes. Hasta que una capa blanca entró en la habitación.
-No te sueltes de mi y cierra los ojos… -dijo el chico que me cogió en ese mismo instante para salir de allí.
-Oni-chan ¿que ocurre? –pregunté yo con voz temblorosa a la vez que desde sus brazos le miraba la cara y esta estaba llena de incertidumbre y decisión. Hasta que finalmente salimos de aquella mansión, pero este se paró en seco. Me dio por mirar alrededor nuestra y encontré a unos monstruos horribles y tremendamente enormes. Al ver que nos rodeaban rápida y velozmente salimos de allí dejándoles atrás pero entonces… el me soltó.
-Métete debajo de aquí y no salgas ni hagas ningún ruido –dijo el metiéndome debajo de una casa hueca.
-Oni-san, yo no quiero, quiero ir contigo… -dije yo llorando.
-Volveré te lo aseguro –dijo él con una mirada decisiva hasta que desapareció de allí…
Después de un largo tiempo, oí unas pisadas y estuve apunto de salir pero recordé lo que el me dijo y no salí de allí, al contrario me apreté las piernas contra mi, sabia… que Oni-sama volvería…
-Terminó todo –dijo una voz ronca y seria.
-Buen trabajo. Larguémonos de aquí antes de que vengan todos los shinigamis… -dijo otra voz apacible.
Y fue entonces cuando las pisadas siguieron hasta que deje de oír cualquier sonido, salí corriendo de debajo de la casa y retrocedí hasta donde habían estado esos enormes monstruos. Pero sólo encontré agujeros por el suelo hasta que en un agujero vi… la capa blanca.
-¡Oni-sama! –grité yo corriendo a la vez que bajaba por el agujero hasta que tropecé y rodé hasta abajo.
-¡Oni-san, Oni-san! –gritaba yo mientras le intentaba mover.
-Oni…chan… -dije yo mientras lloraba y veía como el charco de sangre empapaba su capa blanca…
Fin Música 1En ese instante la luz del sol apareció por la ventana y me despertó. Siempre día a día soñaba aquel horrendo momento, habían pasado ocho años desde aquel suceso en donde tenía diez años. Ahora estaba tratando de acceder a la Sociedad de Almas y hoy tenía que volver para ver el resultado del examen que hice el día anterior. Me preparé, fui a desayunar algo y después me puse en marcha para ver si realmente había logrado entrar.
Vi a un montón de gente a los cuales se les reflejaba la alegría del momento y salían corriendo ó lo comentaban con sus amigos. A decir verdad, me puse nerviosa buscando la Y hasta que encontré el resultado, pero lo volví a ver una vez más para cerciorarme. El resultado era positivo y aquello quería decir que de alguna forma, ya estaba dentro de la Sociedad de Almas, pero a pesar de la buena noticia, mi sorpresa fue mayor al ver que dentro de cinco minutos empezaría la primera clase, por lo que corrí lo más que pude hasta llegar al aula y abrí la puerta, la mayoría de los alumnos se sentaban al mismo tiempo, por lo que me puse en la tercera fila y me senté en el asiento que pude, pero note de repente como si alguien me mirase dos butacas después de la mía. Ignoré el gesto y el profesor comenzó a llamarnos uno por uno hasta que comenzamos con la clase. Cuando acabó dos chicas detrás de mi me hablaron.
-Yadoumaru… has hecho mal en escoger ese sitio… -dijo una.
-Kyoraku Shunsui es… un pervertido y un acosador… -dijo otra.
-Es aquel de allí… -dijo la primera chica señalándole y este se dio la vuelta y las miró.
-No las hagas caso, están celosas porque hace mucho que no las digo nada…
-dijo despreocupado Shunsui.
-Ajá… -dije yo mirándolas hasta que estas decidieron irse corriendo de allí.
-Tendrán su merecido no te preocupes… Kyoraku Shunsui a tu servicio… -dijo Shunsui sonriente.
-Yadoumaru… Lisa, servicio independiente… –dije yo y Shunsui empezó a reírse.
-Tengo prisa. Hasta mañana –dije yo a la vez que me levantaba y salía de allí. Un sentimiento extraño me recorrió entera, tal vez volvería a verle.
Una vez que las puertas se cerraron tras de mí, fui al primer Rukongai donde estaba mi pequeña casa, me cambié y fui a trabajar a un restaurante de allí en donde me pagaban. Limpiando las mesas vi a dos shinigamis uno era un teniente joven y rubio con una extraña cara y su capitán parecía despreocupado, supe que era un capitán por su capa blanca aunque parecía que discutían sobre algo.
Inicio Musica 2 http://www.divshare.com/download/7575691-70c
-Capitán no puedo… -dijo el joven.
-¿Qué hay de malo en beber un poco? Además la comida esta buenísima, hoy te invito yo –dijo él.
-Pero no puedo beber… -dijo el joven.
-¿Quieres que te lo dé yo? –dijo el.
-No hace falta, Capitán… -dijo el joven con desagrado y mala cara.
No pude evitar reírme un poco cuando se fueron hasta que llegaron más clientes y cuando todos se fueron, limpiamos a fondo y cerramos. Caí en la cama de golpe sin cambiarme ni nada y cuando los párpados se me cerraron dormí finalmente.
Fin Musica 2Al día siguiente me desperté lentamente hasta que me fijé en la hora que era me vestí, corrí hasta que me adentré en la Sociedad de Almas y llegué a clase, hoy era una clase diferente la cual se centraba en la técnica del Kidou.
-Llega tarde, Señorita Yadoumaru –dijo el profesor.
-Lo siento… -dije yo a la vez que buscaba un sitio para sentarme. Había uno al lado de una cara conocida… Shunsui me miró sonriente a la vez que giré mi rostro hacia otro lado. Pocos minutos después, el profesor nos llamo a cada uno hasta que me tocó a mí, salí a la vez que me concentré y realicé la técnica.
-Tienes una buena coordinación, Yadoumaru –dijo el profesor a la vez que me levantaba y volvía a mi asiento. Cuando terminó la clase, me dirigí a la biblioteca y me puse a estudiar todo lo que estábamos dando, después me puse a curiosear y a leer los títulos de algunos libros que había entre las estanterías que me rodeaban. Al rato de aquello, salí de la biblioteca y vi a Shunsui apoyado en una pared esperándome.
-Te tomaste tu tiempo ¿eh? –dijo Shunsui cuando pasé por su lado.
-Lo siento. Además no sabía que alguien me esperaba –dije yo.
-Te invito a algo ¿quieres? –dijo Shunsui.
-Lo siento tengo prisa… -dije yo y en ese momento me sonaron las tripas. Shunsui empezó a reírse y yo me sonrojé.
-Tu cuerpo dice lo contrario, así que lo tomaré como un si –dijo Shunsui entre risas.
Fuimos a un sitio cercano, en donde habían unos pocos shinigamis, los dos pedimos ramen y mientras esperábamos estuvimos hablando un rato. No parecía mal tipo e incluso parecía simpático cuando terminamos de comer me acompañó hasta las puertas de la Sociedad de Almas.
-¿Cómo es que te quedas aquí? –pregunté yo curiosa.
-Porque aquí es donde vivo, después de estar aquí dos años… -dijo Shunsui.
-¡¿Dos años!? –dije yo.
-Seh verás… es una larga historia a decir verdad… -dijo Shunsui.
-¿Chicas? –pregunté yo mirando hacia otro lado.
-Es que… también influye la reputación y… -dijo Shunsui.
-Si no fueras tan mujeriego… -dije yo resignada.
-Este año será distinto, lo intuyo. Además estoy más concentrado –dijo Shunsui.
-Y entonces… ¿cómo eras hace dos años? –pregunté yo sarcásticamente.
-Mejor que no lo sepas… créeme… -dijo Shunsui tocándose la cabeza. Al paso de los días fuimos llevándonos mejor poco a poco aunque la mayor parte del tiempo ó como decía él “mis horas libres” se dedicaba a perseguir a las chicas de su gusto.
Un buen día como otro normal al llegar a la Sociedad de Almas, un profesor nos dijo que ya iba siendo la hora de dejar a un lado la teoría y de empezar los ataques y defensas que debíamos tomar para nuestro aprendizaje. Nos llevó a todos a un prado verde y después de que pidiera parejas de dos en dos, tanto a mí como a Shunsui nos dio dos cintas de color amarillo y pidió reunión para que le escucháramos.
-Cada pareja tiene un color y una katana, contaré hasta diez y todos lucharéis contra todos, y si os dijera al contrario, pelearíais contra vuestra propia pareja. No os podréis mover de vuestro lugar ya que seréis más vistos y se irán eliminando a las parejas si cortáis la cinta del adversario, procurad no hacer heridas graves. Esparcíos por la llanura y defendeos mutuamente.
Empezaré a contar cuando todos estéis lo bastante lejos de aquí. Moveos. –dijo el profesor y cuando acabó todos nos dispersamos lo que pudimos. Una vez parado Shunsui delante mía se giró hacia mí.
-¿No te importa que la mayoría de chicas venga por nosotros? –preguntó Shunsui.
-Es lo que menos me importa, Shunsui. Comenzó a contar… -dije yo mirando a ambos lados con la mano en la katana.
-Una clase diferente a las que di. Me gusta esta formula… -dijo Shunsui.
-Nueve… -dije yo. Hasta que finalmente se oyó el diez. Empezaron a oírse unos pasos cercanos, ambos desenfundamos y vi un resplandor blanco por el horizonte apareciendo enfrente de mi el adversario contra el que combatí, pero lo que no sabía es que la oponente de Shunsui me atacara por la espalda por lo que logró que yo rodase por el suelo levemente y desde ese ángulo le quité la cinta a mi oponente al igual que Shunsui al suyo.
-Vaya… que tal se siente ser el centro de todas las miradas ¿chicos? –dijo la oponente de Shunsui.
-Mierda… -dijo Shunsui colocándose rápidamente a mi lado. Obviamente su objetivo no era luchar contra Shunsui sino que todos fueran a por nosotros… De repente un montón de miradas se centraron en nosotros dos…
-¿Estas bien y… preparada? –dijo Shunsui.
-Claro… ahora a por todos y no habrá problemas… -dije yo mientras me levantaba del suelo y nos enfrentamos pareja tras pareja hasta que solamente quedamos seis incluyéndonos a nosotros. Pero el profesor pronunció “al contrario”, Shunsui y yo nos miramos.
-No es nada personal… -dijo el.
-Lo sé…-dije yo y empecé a atacarle.
Era más resistente y fuerte de lo que creía hasta que nuevamente el profesor comenzó a contar.
-No eres nada mala… -dijo Shunsui.
-Ni tú tampoco… -dije yo.
Y cuando el profesor pronunció diez, vino uno de frente contra Shunsui y después apareció otro en mi dirección. Una vez que les derrotamos, bajamos la guardia, confiándonos hasta que oí un ruido y un tercero apareció velozmente detrás de Shunsui, por lo que hice lo mejor en aquel momento…
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-¡Cuidado! –grité yo a Shunsui empujándolo a otro lado.
Fue entonces cuando me di cuenta de que me quitó la cinta del brazo, también me había herido. En ese momento el profesor paró la clase y nos reunió a todos al principio del prado me llamó para que me pusiera enfrente suya, me dijo que levantase mis manos y con una varilla me golpeó las manos. Todos callaron pero Shunsui no.
-¡Sensei, pare ella no tiene la…! –dijo Shunsui pero él le interrumpió.
-¡Silencio, Shunsui! –gritó el profesor fríamente y Shunsui se calló.
-Me duele más que a ti hacer esto, pero no se puede tener compasión por nadie. Si hubiera sido una batalla real hubierais muerto los dos por su error –dijo el profesor.
-¡Pero…! –dijo Shunsui.
-Basta. Hablaré contigo después Yadoumaru –dijo el profesor.
-Si, sensei –dije yo.
Después de aquello y cuando terminó la clase estuvo el profesor hablando a solas conmigo. Y una vez acabó un impaciente Shunsui me persiguió.
-¿Estas bien? ¿Qué ha ocurrido?–preguntó el.
-Tranquilízate, estoy bien he decidido aceptar su propuesta, solo te puedo decir eso –dije yo.
-¡Pero…! –dijo él.
-Olvídalo ¿quieres? –dije yo cuando atravesaba la puerta de la Sociedad de Almas.
-En parte me siento culpable… -dijo Shunsui mientras veía como me alejaba.
-Idiota… -dije yo de espaldas a la puerta que se cerró.
Fin Musica 3Al día siguiente cuando terminaron las clases fui a entrenarme por petición de mi profesor, aunque supe que Shunsui me seguiría y no me equivoqué mientras sentía la mirada de Shunsui desde la puerta, una y otra vez quería ser más fuerte… Cuando salí de allí y me encaminé a la salida le volví a ver.
-No estas… ¿enfadada? –dijo Shunsui.
-No tendría porque estarlo… -dije yo.
-Porque… ¿lo hiciste? –dijo Shunsui.
-¿Hay que dar motivos para cubrirte las espaldas? –dije yo mientras me marchaba.
-Quien lo diría viniendo de ti… -dijo Shunsui.
Y cada día estuve entrenándome más hasta que se acabó el curso y tanto Shunsui como yo fuimos transferidos a diferentes sitios yo fui enviada a formar parte del 9º escuadrón y Shunsui fue llevado al 8º escuadrón. Dos años después supe que fui convocada por alguien pero mi sorpresa fue mayor cuando supe que no era el capitán de mi escuadrón. Abrí la puerta cuando llegué al lugar.
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-Con su permiso –dije yo cuando entre a la vez que veía una capa de flores.
-Cuanto tiempo sin verte, Lisa –dijo una voz familiar levantando su sombrero de paja.
-¡Kyoraku Shunsui! –dije yo sorprendida.
-El mismo, pero no seas tan formal, Lisa –dijo Shunsui.
-Lo siento, Capitán Shunsui –dije yo.
-Sin capitán hubiese estado mejor… -dijo Shunsui.
-¿Y bien para que me quería, Capitán? –pregunté yo.
-Verás… necesito un teniente ahora que tengo este rango y creía que podrías ser tú –dijo Shunsui.
-¿Yo… teniente? –dije yo.
-Si, además me informé por si ya eras teniente y como no lo eres aún… -dijo Shunsui.
-¿No hay personas mejores que yo en tú escuadrón? –pregunté yo.
-¿No quieres? –preguntó Shunsui.
-No es eso, pero yo no soy extremadamente fuerte –dije yo.
-Deja de ser tan dura contigo misma, también puedes seguir practicando hasta conseguir lo que buscas. Pero que sepas que ante todo me gustan las tenientes hermosas –dijo Shunsui.
-No creo que… además no se si me dejarán ir al 8º escuadrón –dije yo.
-Tranquila, tengo el permiso de tu capitán –dijo Shunsui.
-Shunsui, una pregunta –dije yo.
-¿Cuál? –dijo Shunsui.
-¿Por qué…yo? –pregunté. Y entonces el puso una mano en mi hombro quedándose a mi lado.
-No todo es fuerza y poder. Prefiero la confianza, por lo menos la valoro más –dijo Shunsui y tras aquello se marchó.
Fin Música 4Después de aquello no volví al 9º escuadrón y el Capitán Shunsui me llevó a realizar las pruebas para tener aquel rango. Estaba nerviosa, las miradas de tres capitanes se clavaban en mí. Después de aquella prueba, Shunsui me dio cobijo en su escuadrón aunque aparentemente estaba bastante contento. Por la mañana fui convocada por el Capitán del 1º escuadrón en el mismo lugar de ayer y ante Shunsui y otra capitana, accedieron a darme el rango. Tras aquello y la notable felicidad de Shunsui, por parte suya me presentó y me nombró como teniente de su escuadrón. Durante toda la noche, Shunsui estuvo bebiendo sake hasta que se desplomó.
Durante todas las mañanas tras aquel nombramiento a la hora del amanecer, me levantaba y seguía practicando técnicas, ataques... Shunsui se daba cuenta de aquello y bastantes veces me decía que durmiera.
Transcurrió una semana después de aquello y tras entrenar el primer día que nos acontecía fui llamada por Shunsui.
-¿Si, Capitán Shunsui? –dije yo cuando me reuní con el.
-Dije que me llamarás Shunsui. Quiero que lleves esta carta al Capitán del 5º escuadrón –dijo Shunsui.
-¿Al 5º escuadrón? –pregunté yo.
-Si. Sólo al capitán no se la des a nadie más. Y no la leas –dijo Shunsui.
-Entendido –dije yo levantándome y poniéndome en marcha.
Tenía una costumbre un tanto extraña en vez de caminar e ir por el suelo, la mayoría de veces iba corriendo y saltando por todos los tejados, tal vez era